La Hipertensión Arterial (HTA), también conocida como la enfermedad silenciosa debido a que muchas personas hipertensas no saben que la tienen, afecta cada vez a más personas en el
mundo y la mayoría de las veces los síntomas no se manifiestan hasta que la afección está muy avanzada.
La Hipertensión Arterial (HTA) está estrechamente relacionada con los antecedentes familiares, el consumo excesivo de sal, el sobrepeso y obesidad, la diabetes y la enfermedad renal.
Solamente 1 de cada 8 individuos hipertensos tienen un adecuado control de la presión arterial, con lo que la mayoría de las personas hipertensas están expuestas a presentar complicaciones
cardiovasculares, cerebrovasculares o renales.
Hoy en día es fácil de detectar y no tan difícil de normalizar si se es consciente y perseverante con las recomendaciones terapéuticas. Sin embargo, el temor que produce este
padecimiento, tanto entre médicos como pacientes, se debe a los riesgos de su acción prolongada en el tiempo.
¿Cuáles son los factores que causan la Hipertensión Arterial (HTA)?
Entre las diversas causas que originan la Hipertensión Arterial (HTA) podemos mencionar:
- El sobrepeso.
- El colesterol elevado.
- La arteriosclerosis.
- El excesivo consumo de sal.
- El mal funcionamiento renal.
¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión Arterial (HtA)?
Los síntomas de la Hipertensión Arterial (HTA) principalmente se deben a los efectos indirectos sobre el cerebro, los ojos, el corazón, los riñones y la aorta. Los síntomas detectables son:
- Debilidad.
- Nerviosismo.
- Palpitaciones.
- Dolores en la nuca.
- Fatiga o falta de aire después de un esfuerzo.
- Vértigos que aparecen con los cambios de posición.
- Zumbido en los oídos.
- Hemorragias nasales.
- Trastornos circulatorios en brazos y piernas que producen espasmos y dolores.
¿Cómo Prevenir y tratar la Hipertensión Arterial (HTA)?
La hipertensión no es tan riesgosa mientras no haya deterioro del sistema circulatorio. Las arterias sanas son flexibles y permeables; estas condiciones permiten la dilatación cuando hay un mayor flujo de sangre (lo que impide el aumento de la presión) y el intercambio de sustancias con los tejidos.
El pasaje de oxígeno y nutrientes alimenta permanentemente las células de los tejidos, cuando el intercambio se dificulta por la acumulación de colesterol hay envejecimiento
prematuro. Las paredes de las arterias se van engrosando, la presión aumenta facilitando aún más el depósito de colesterol y por último se producen obstrucciones que provocan infartos y ataques.
El exceso de colesterol proviene la mayoría de las veces de un excesivo consumo de grasas animales, azúcares y almidones refinados.
De manera que las medidas preventivas que podemos tomar son:
- Una alimentación sana basada en cereales integrales
- Disminuir el consumo de sal
- Disminuir el consumo de alcohol
- Eliminar el tabaco
- Incrementar la actividad física
Los tratamientos actuales con medicamentos, son efectivos si van acompañados de una modificación de los hábitos alimenticios. También es necesario un cambio en la vida emocional y mental:
- Evitar el estrés
- Evitar el exceso de actividad, este cambio debe ser gradual
- Evitar descontroles emotivos.
Cultivar una actitud más serena y tener la posibilidad de momentos de descanso y relajación, contribuyen a la mejoría. Los medicamentos químicos, si bien dan buen resultado a corto plazo, pueden tener efectos adversos con el tiempo, motivo por el cual deben ser variados. Lo que nunca debe hacer una persona hipertensa es suspender la toma en forma brusca.
El tratamiento con hierbas es efectivo a largo plazo y no presenta efectos secundarios. Pueden ser tomadas en forma preventiva y para corregir la hipertensión leve.