Cada vez son más los problemas de salud que se pueden tratar con él, y más las nuevas aplicaciones de la ozonoterapia en investigación de enfermedades como la demencia, el sida o la artrosis. Y, según señalan algunos expertos, parece que también podría utilizarse para combatir el COVID-19.
Esta terapia basada en la administración de oxígeno (O2) u ozono (O3) se está consolidando cada vez más. La capa de ozono que se encuentra en la atmósfera protege a todos los seres vivos de los rayos ultravioletas, que son nocivos para la salud. Este gas se forma a partir de descargas eléctricas en la atmósfera. Para fines médicos este gas se obtiene a partir de una bombona de oxígeno y de un generador que produce una descarga eléctrica y transforma el oxígeno en ozono.
Cuba es uno de los países donde más se han desarrollado los tratamientos con ozono, junto a Rusia, Italia y Alemania (cuna de la ozonoterapia). Según explica Carme Llagostera, experta en el tema, este tipo de procedimiento comenzó a aplicarse en Alemania en la Segunda Guerra Mundial, cuando uno de los médicos soldados se percató de que la aplicación del ozono en las heridas de guerra era eficaz para evitar las amputaciones, por sus propiedades como antiséptico, aunque su uso no se ha extendido hasta más tarde.
El ozono tiene distintas propiedades biológicas, entre ellas la de deliberar más oxígeno dentro de las células cuando entra en contacto con la sangre, los hematíes o glóbulos rojos, momento en el que captan más oxígeno.
Esto es lo que ocurre en el caso de la gran autohemoterapia, que consiste en extraerle a una persona entre 150 y 350 centímetros cúbicos (cc) de sangre, colocarla en una bolsa, introducirle ozono y reinyectarle de nuevo la sangre ozonizada. En definitiva, se trata de una autotransfusión con la que se consigue una mayor liberación de oxígeno en el organismo.
Debido a estas propiedades se está planteando aplicarla con fines preventivos en la gripe A: la ozonoterapia se podría aplicar como prevención por su capacidad antivírica, para preparar al organismo debilitado, ya que si se aplica el ozono y se consigue equilibrar el sistema inmunológico, se es menos vulnerable a la infección.
Por su parte, hay expertos que piensan que sería útil frente al virus H1N1 para ayudar eliminarlo o disminuir su carga viral. Respecto a sus propiedades antivíricas, destaca que países como Italia lo utilizan para desinfectar el agua de hongos y de otros gérmenes patógenos, en lugar del cloro.
la ozonoterapia cada vez se sustenta en más estudios científicos y, además, aunque todavía están circunscritos al ámbito de la investigación, hay dispositivos que miden el estrés oxidativo gracias a los cuales se puede detectar que el ozono ha sido válido en un tratamiento. Entre las modalidades de aplicación de la ozonoterapia figuran la intranal o rectal, la intravaginal (para tratar las infecciones por hongos vaginales), la gran autohemoterapia y la pequeña autohemoterapia (autotransfusión con sólo 20-25 cc. de ozono, que se inyecta por vía intramuscular), las inyecciones intramusculares o subcutáneas, el gaseado en bolsas y el agua ozonificada. En este último caso se puede utilizar para lavar heridas o ingerir con el fin de tratar úlceras gástricas causadas por el "Helicobacter pylori".
La duración de las sesiones varía de forma notable, según la manera en que se aplique el tratamiento, de modo que las sesiones de la gran autohemoterapia duran un cuarto de hora y las de la terapia intrarectal, un minuto
Las indicaciones de este tratamiento son cada vez más numerosas y las llevan a cabo médicos de distintas especialidades. Uno de los usos que la ha hecho popular ha sido el cosmético como terapia de rejuvenecimiento aunque, en realidad, cualquier tratamiento de ozonoterapia para cualquier enfermedad mejora el aspecto de la piel. Una parte de la comunidad de traumatólogos también utiliza el ozono para tratar las hernias discales, aunque no todos apoyan este método.
Otro uso de los más recientes, aún experimental, es su aplicación peritoneal, algo que por ahora se ha probado en modelos animales (ratones y conejos), y podría ser útil como ayuda a los tratamientos convencionales para tratar tumores en colon, recto o en distintas localizaciones en el abdomen.
En la artrosis, la ozonoterapia busca disminuir el dolor, la inflamación, ganar flexibilidad y detener el proceso degenerativo
Otras aplicaciones, protagonistas de las mesas de debate sobre este tema celebradas recientemente, tienen estudios de ser de gran utilidad en el futuro por su papel en enfermedades como la demencia, el sida y la artrosis. En pacientes con sida, la ozonoterapia se aplica en forma de gran autohemoterapia y por vía rectal, por sus propiedades como antigermicida (para ayudar a reducir la carga viral del virus para que sea más débil) y también para mejorar el sistema inmune (y evitar que el paciente inmunodeprimido contraiga infecciones oportunistas).
En cambio, en la artrosis el principal objetivo es disminuir el dolor, la inflamación y ganar flexibilidad, así como detener el proceso degenerativo y ayudar al enfermo a disminuir las dosis de antiinflamatorios e, incluso, a prescindir de ellos. En este caso, la ozonoterapia se administra directamente en la articulación enferma, en dosis de 10 cc. Después de las sesiones iniciales, que son más seguidas, se aplica como terapia de mantenimiento.
Contraindicaciones y efectos secundarios
Como en todo tratamiento, hay ciertos casos en que esta terapia está contraindicada, como el fauvismo, un déficit de la enzima glucosa 6 fosfato deshidrogenasa, debido a la cual las personas que lo padecen tienen hemólisis (descomposición de los glóbulos rojos) y anemia, y no están en condiciones para someterse a la terapia.
En algunos casos, como el hipertiroidismo, se había contraindicado. Sin embargo, a medida que se ha ido aplicando, se ha observado que, tanto en el hipertiroidismo como en el hipotiroidismo, siempre y cuando estas enfermedades endocrinas estén bien reguladas con medicación, la ozonoterapia no estaría contraindicada, sino que favorecería el equilibrio. En el embarazo, la ozonoterapia aplicada mediante inyecciones para tratar una hernia tampoco estaría indicada, por el peligro que tendría de lesionar ciertos nervios y aumentar el riesgo de aborto. Aunque otras modalidades sí que serían aplicables durante la gestación.
Ozonoterapia y demencia
Otra de las aplicaciones novedosas de la ozonoterapia, todavía en estudio, es el tratamiento de la demencia, un problema que cada vez afecta a más población, con gran impacto a nivel cognitivo. La idea es aplicarla en forma de autohemoterapia para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. La ozonoterapia se aplicaría a través de la sangre, ya que en las demencias la vascularización se encuentra afectada y el oxígeno no llega con la suficiente constancia al cerebro.
La vascularización empeora a medida que se envejece: los vasos sanguíneos se van cerrando y disminuye la cantidad de sangre que accede al cerebro. Al aplicar el ozono, aunque la cantidad de sangre que llegaría al cerebro sería la misma (por el deterioro estructural de los vasos), la saturación de oxígeno estaría más elevada.
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