En la actualidad se ha podido demostrar en varias oportunidades que las respuestas orgánicas al estrés conducen a la aparición de diversas patologías. Por esta razón, se sigue promoviendo su control oportuno mediante la práctica de hábitos saludables. Se trata de uno de los trastornos que más aqueja a la sociedad moderna, pues las constantes prisas y el exceso de trabajo influyen en su aparición recurrente.
Todos en algún momento padecemos algún episodio de estrés por diferentes desencadenantes; sin embargo, cuando interviene de manera constante y crónica, debe tratarse con mucho cuidado, porque repercute de forma negativa sobre la salud física y mental.
Para todos aquellos que desconocen los efectos negativos del estrés sobre su cuerpo, hoy vamos a compartir esas 10 partes que más resultan afectadas.
1. Piel.
¿De repente tu piel se llenó de acné? Podría deberse a cambios hormonales causados por el estrés.
La tensión que genera este trastorno emocional incrementa la respuesta inflamatoria del cuerpo, lo que, entre otras cosas, causa taponamiento de los poros.
Al acumularse grasa e impurezas dentro de estos, se forman los molestos puntos negros y granitos que afectan la belleza.
2. Músculos.
Los huesos y los músculos son áreas del cuerpo bastante afectadas por los grados crónicos de esta condición. Al causar una respuesta del sistema músculo-esquelético, genera una fuerte tensión que se traduce en dolor y dificultades para moverse con normalidad.
3. Corazón.
Existe cierta relación entre los constantes episodios de estrés y el mayor riesgo de problemas cardiovasculares como el colesterol y triglicéridos altos, la presión arterial y los problemas de circulación.
Además, todo indica que el ritmo cardíaco se acelera de manera considerable, aumentando la velocidad para transportar la sangre hacia el cerebro y otras partes del cuerpo.
4. Sistema inmunológico.
Las personas que padecen un grado crónico de este trastorno emocional presentan una disminución significativa en su respuesta inmunológica, lo que a su vez aumenta la predisposición a padecer infecciones.
Esto se debe a la intervención que tiene sobre las actividades que gastan el mayor número de energías para combatir los microorganismos que pueden atacar el cuerpo.
5. Aparato digestivo.
El estrés recurrente podría conllevar a síntomas físicos del sistema digestivo como, por ejemplo:
- La diarrea.
- El estreñimiento.
- La inflamación.
- Los gases.
- El dolor abdominal.
- La acidez y el reflujo.
- El síndrome del intestino irritable.
- La úlcera péptica o enfermedad inflamatoria del intestino.
Todas estas afecciones podrían ser el resultado del incremento de la hormona conocida como “cortisol”.
6. Peso corporal.
Esta condición tiene una relación directa con el incremento de peso y problemas crónicos como la obesidad.
Todo indica que las personas que padecen de estrés recurrente tienden a ingerir más calorías como respuesta ante los otros síntomas emocionales que deriva.
Sin embargo, en menores casos podría ocurrir todo lo contrario, ya que algunas veces las hormonas del estrés generan hiperactividad de la glándula tiroides, que estimula la eliminación de calorías con mayor rapidez.
7. Cerebro.
Por supuesto, una de las partes del cuerpo más afectadas por los episodios recurrentes de esta enfermedad es el cerebro.
El cortisol, la hormona principal del estrés, impacta de manera negativa la corteza frontal del cerebro, responsable de ayudar a tomar decisiones y conservar la memoria.
Esto explica por qué durante las situaciones de tensión las personas no pueden tomar decisiones acertadas y tampoco logran concentrarse bien en sus actividades.
8. Hígado.
Las personas que están lidiando con algún tipo de enfermedad hepática podrían sufrir una recaída por culpa del estrés.
Las sustancias químicas que se activan cuando llega a un grado crónico afectan las células denominadas linfocitos citolíticos, responsables de favorecer la destrucción de los hepatocitos, lo que reagudiza las patologías propias del hígado.
9. Riñones.
El exceso de producción de cortisol conduce a un aumento de la excreción renal de fosfato, lo que puede originar debilidad muscular, alteraciones óseas y graves dificultades para el buen funcionamiento de los riñones.
10. Niveles de glucosa.
Padecer un grado elevado de estrés podría provocar un desarrollo de resistencia a la insulina, es decir, una dificultad del organismo para utilizar de manera efectiva esta sustancia que sirve para regular de forma eficaz los niveles de azúcar en la sangre.
En las personas que ya luchan contra la diabetes podría agravar la enfermedad al generar alteraciones sobre el sistema que ayuda a controlarla.
Debemos mantener nuestro cuerpo sano y libre, llevando una buena alimentación, realizando ejercicio, existen productos naturistas que ayudan a mantener el estrés fuera de nuestra vida.
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